El deseo de gustar a los tuyos

Rafael Benítez es un gran entrenador. No se puede dudar de ello. De hecho, si no fuera así, no podría sentarse ahora en el banquillo del club más importante de la historia del fútbol. Sin embargo, si un día decide cambiar de profesión, creo que no sería conveniente que se dedique a hacer stand up comedy como dicen los americanos (lo que aquí solemos llamar el Club de la Comedia). Porque me da que contar chistes e historias no es lo suyo… ¡Por supuesto lo digo desde el respeto y el cariño! Pero lo de la BBC y lo del burro le va a perseguir… Igual que José Mourinho con su famoso “¿pur qué? ¿pur qué? ¿pur qué?”, pronunciado después de una nefasta semifinal de la Champions contra el Barça. Más allá de la anécdota y de esa reflexión personal sobre el talento de humorista del nuevo míster merengue, creo que lo que ocurrió ayer en la sala de prensa de Valdebebas es muy significativo de lo que está viviendo Benítez.

Por una parte se muestra muy sensible a las críticas y a los debates (demasiado dirían algunos) y, por otra parte, intenta caer bien a la gente haciendo lo que todos hacemos en este caso. Es decir, usando el humor. De hecho me parece lo más normal del mundo porque está realizando el sueño de su vida: entrenar al club de su corazón. Algo que junta unas tremendas ganas de triunfar con la voluntad de gustar a los tuyos y con una terrible tensión que no habrá sentido nunca antes. Y todo esto no es moco de burro. Digo, de pavo.