El cafetero y el tico

Noche de reconciliación. El madridismo necesitaba una noche así. De fiesta, magia, espectáculo, lujazos y reivindicaciones. Los debates abiertos tras el triste 0-0 de El Molinón se fueron difuminando a base de golazos, gestos técnicos maravillosos y acciones para enmarcar. Lo bueno de este equipazo es que basta que los cracks estén enchufados para que se destierren de un plumazo los malos augurios. Mis ojos vieron a Bale homenajear la portada premonitoria de ayer de AS con un gol tan tempranero que se lo perdieron los aficionados que apuraron en exceso el bocata y la caña previa a la velada. Pero el galés tuvo una deferencia con ellos y dejó para el final un gol made in Cardiff. Obús teledirigido desde 30 metros que reventó la portería bética. ¡Oh, oh, oh Gareth! Tampoco pasó inadvertido el reencuentro de Benzema con su inspiración (Karim es un generador de juego más que un goleador, y aún así enchufó el cabezazo del 3-0). Hasta contemplé al capitán Ramos hacer una chilena lateral que no tuvo final feliz por culpa de la madera. El Betis asistía atónito a un vendaval, que no acabó en barrida gracias a las paradas de Adán, portero que creció en nuestra Fábrica de Valdebebas (Cristiano puede dar fe de ello, amargó la noche al portugués). Pero de quién debo hablar hoy es de James y de Keylor...

Su ‘Jamestad’ el Gol. Ahora entenderá el míster el porqué se generó tanto debate con la suplencia de James en Gijón. No fue mediática. Estaba en la calle, en las tertulias de los bares y en la sedes de las peñas madridistas. Cualquier marciano que viera anoche el partido del Bernabéu no podría imaginar que seis días antes el colombiano era carne de banquillo. El talento no necesita estar al 100% físicamente. Se tiene o no se tiene. Y James lo posee por arrobas. Su guante de platino (su zurda) en el toque del 1-0 de Bale fue de clínic. Su falta mágica en el 2-0 y su posterior chilena, que se fabricó él mismo, darán la vuelta al mundo. Llevo tiempo diciéndolo y me ratifico más que nunca. Cuando finalice este período hegemónico de Cristiano y Messi, el siguiente Balón de Oro será para el señor James Rodríguez. Escrito queda.

¡Keylor, Keylor! Este debate ha terminado antes de plantearse. El Bernabéu dictó sentencia y coreó su nombre varias veces, en un gesto para premiar su gran pretemporada y avisar de que estamos cerca de una injusticia que el costarricense se niega a aceptar con sus heroicidades. El balón que le rebañó a Rubén Castro con una agilidad felina y el penalti que detuvo después al killer canario pusieron en pie al personal. Podrá venir De Gea mañana, pero es obvio que ahora mismo el dueño de la portería del Madrid es un tico y se llama Keylor Navas...

Euforia vikinga. Me trasladan su euforia tras la manita al Betis de mi admirado Mel las peñas de Rincón de Soto, Bajo Cinca de Fraga, Alcorisa, Gran Capitán y La Casa Blanca de Zaragoza, Alameda de Osuna, El Botijo de Ocaña, El Real Sitio de Aranjuez, Calandina, Orellana, Zafra, Raúl ‘El Cartero’ de Andorra (Teruel), Sama de Langreo y Fehd Marrakchi de la Peña Casa Madridista de Casablanca (Marruecos). Y va por Juan Carlos de Cala Ratjada, Santi de Valdemoro, Miguel Moreno y su señora, de la Peña de Berja. Todos han tenido sustos este verano pero han superado sus problemas y anoche gozaron con su Madrid. Rafa Benítez va encontrando la tecla. Jugando así, no hay mejor medicina para curar los males. ¡Vaya manita!.