El pueblo esperaba a su héroe

Los jugadores de fútbol, como lo eran antiguamente los boxeadores o los ciclistas, son los héroes del pueblo. Basta que se haga célebre por sus hazañas un chaval al que has visto corretear por sus calles detrás de una pelota cuando era un crío de medio metro. Es el caso de David. Sin duda, el mejor deportista de la historia de Illescas. El pueblo es la capital de la comarca de La Sagra y está a la misma distancia de Madrid que de Toledo (35 kilómetros). En uno de sus salones de las afueras celebró una de sus bodas Julio Iglesias... De Gea no nació aquí (es de los madriles), pero su niñez y sus primeras paradas fueron en este pueblo. Por eso fue declarado Hijo Adoptivo de Castilla-La Mancha. Imagínense para los 25.762 habitantes de Illescas lo que hubiera supuesto el fichaje de su David por el Madrid. Ya presumían de su exitoso paso por el Atleti (allí hay una importante colonia rojiblanca) y el Manchester. Hubiera sido la caña verle protegiendo las espaldas a Cristiano, Bale, James y Benzema.

Esa era la comidilla de las fiestas de la Virgen de la Caridad. Para los madridistas porque suponía ganarle una batalla a los atléticos del pueblo. Y para el resto de los illescanos suponía presumir de tener “el portero del mejor equipo del mundo”. Una pena por el chaval. Seguro que en Illescas no habría fallado el fax. En los pueblos todo es más directo. Y más auténtico.