Monza, tan mítico como aburrido para la actual F-1, puede haber decidido el Mundial 2015. Mientras observábamos atónitos como se arrastraban por este autódromo Alonso y Button, víctimas del calamitoso trabajo de Yasuhisa Arai, ese tipo que bajo el amparo de Honda cada fin de semana logra hacerlo peor que el anterior, el coche que se averiaba no era un McLaren (que el de Alonso también lo hizo),¡era un Mercedes!, el de Rosberg. El W06 Hybrid de Niko se paraba casi al final y le entregaba de golpe 25 puntos más de ventaja a Hamilton. Ya son 53 puntos, pero no nos engañemos, con averías o sin ellas, el inglés es muy superior a su compañero de equipo. Está en un momento dulce de su carrera y es de largo el mejor piloto de la parrilla en estos momentos.

Ferrari y Vettel hicieron un buen gran premio. También Raikkonen, que se está acostumbrando a arreglar los desaciertos que comete en las salidas durante la carrera. Adelanta más que nadie, pero también nos permite descubrir la grandísima diferencia que hay entre unos monoplazas y otros. El tercero del podio ha sido un Williams, el de Massa. Han estado más centrados y no han cometido errores estúpidos como en otras carreras. Pérez sigue demostrando que se merece un coche mucho mejor, lo mismo que Hulkenberg. Mal los Red Bull, o más bien Renault. Solo se diferencia del motor Honda en que no se avería tanto. Van a tener que trabajar mucho si es cierto que el año que viene piensan estar en la F-1. De los españoles, mejor no hablar hoy. Mal día.