'Papá' Nijdam ganó en el velódromo portátil del Plantío

La Vuelta a España descansa hoy en Burgos, que mañana acogerá la contrarreloj decisiva. Será la 17ª visita a la ciudad castellana, que no apareció en el recorrido de la carrera hasta 1966. El primer vencedor fue el holandés Henk Nijdam, que batió en un apurado sprint a Txomin Perurena en un velódromo portátil montado para la ocasión en el estadio del Plantío. Fue la tercera victoria de Nijdam en aquella edición (tras Barcelona y Lleida), a las que unió otra en 1967 (Lleida). También logró dos triunfos en el Tour.

El estadio burgalés vivió una gran fiesta para recibir a la Vuelta. Lució un lleno en sus gradas, a pesar de que las entradas eran de pago. Antes de la llegada del pelotón hubo una exhibición de varios pistards, entre ellos Bruno Sivilotti (ya retirado de la carrera, donde ganó una etapa en Murcia), narrada por el mismo locutor de los Seis Días de Madrid: Arsenio Ferreras. El Grupo de Coros y Danzas de Burgos también deleitó al personal con actuaciones.

El público vibró con la llegada, que vino acompañada de polémica. Perurena echó pestes contra Nijdam, a quien acusó de malas artes en el sprint. Los jueces no actuaron contra el holandés. Una de las mayores ovaciones se la llevó el helicóptero de TVE que aterrizó en el centro del campo al terminó de la jornada para recoger los rollos de manos de José María Bermejo y el cámara Valentín, y volar con ellos a los estudios de Prado del Rey en Madrid para preparar el resumen de la Vuelta.

En 1992, un hijo de Henk Nijdam, Jelle, ganó el prólogo de Jerez de la Frontera. Fue la primera vez que un ciclista emulaba a su padre en la Vuelta. En 1995 lo hizo Adriano Baffi: su padre, Pierino, había conquistado cuatro (dos en 1955 y dos en 1958). Y en el presente año, casualmente, se han unido otros dos: Danny Van Poppel venció en Lleida (Jean Paul encadenó nueve entre 1991 y 1994) y, ayer mismo, Frank Schleck se impuso en la Ermita de Alba (Johnny lo hizo en Madrid en 1970).