Nada está perdido todavía

Defensa urgente. España promedia 88 puntos recibidos por encuentro después de tres partidos disputados y la cuestión supera el análisis coyuntural para establecerse en términos de filosofía y preeminencia. A España le faltó el convencimiento de que solo puede competir a alto nivel en este campeonato si incluye la defensa en la punta de la pirámide de sus prioridades. Defender también servirá para darles más puntos a nuestros jugadores exteriores y así equilibrar la amenaza de Gasol. Nada está perdido en el campeonato, más aún con los precedentes de emergencia (de emerger) de este equipo especialista en apneas.

Italia, no tan sorprendente. España se mantuvo en la primera mitad por delante de Italia casi como consecuencia de la voluntad del rival en gastar faltas, en utilizarlas mejor, en parecer lo duro que no es. Dominaba el equipo de Scariolo levemente con menos tiros de campo. En la segunda mitad empeoró la respuesta defensiva a nivel colectivo porque entramos en una obsesión por frenar a Gallinari, escenificado en la presencia de Reyes como titular en el tercer cuarto. De ello se aprovechó Belinelli. Todos esos tiros que acribillaron la defensa española son tiros que salen en el perfil de wikipedia de estos jugadores, llevan su marca, su biografía está plagada de tiros así. Enfrente nunca logró aparecer el antídoto defensivo necesario contra jugadores de los que conocemos perfectamente de lo que son y no son capaces.

Según te levantes. De cada partido hay que comentar en directo durante dos horas, elaborar crónicas, teorizar, sacar pistas, causas y conclusiones. Pero muchas veces el signo depende simplemente de meter o fallar los tiros, lanzamientos en condiciones muchas veces equiparables en posición y oposición. Contra España, Turquía comenzó el partido fallando sus cuatro primeros intentos de tres puntos y acabó el primer cuarto con una serie de 2-9 en triples. Al descanso estaba 16 abajo. Alemania revalorizó el vídeo de ese partido y ayer repitió el planteamiento de España en su duelo contra Turquía. Los otomanos llegaron al final del primer cuarto con una serie de 5/6 en triples y 20 arriba. Los mismos que habían fallado contra España las metían ayer. Y a buen seguro habían dormido en la misma cama y desayunado lo mismo.