Mateu Lahoz tuvo mucho trabajo en las áreas. Empezaré diciendo que es muy difícil interpretar la intencionalidad de las manos dentro de las áreas, y eso le ocurrió a Mateu. Lo digo porque el árbitro tiene que decidir en décimas de segundo, mientras que los demás lo vemos hasta repetido en la tele. Lo cierto es que no perjudicó a ninguno de los dos equipos en lo que fue el resultado final. Sobre todo, en el segundo tiempo, donde existieron las dos jugadas más polémicas del partido, pero vamos con la cronología.

En el minuto 3, en una jugada de Rakitic, Giménez se tira al cruce dándole el balón en la mano de forma involuntaria ya que caía sobre el terreno de juego.

En el 35’, Neymar chuta a puerta dentro del área y el balón da en el cuerpo de Giménez rebotándole en el brazo, por lo que también hay que considerar que no existió penalti.

En el minuto 48, existió mano de Mascherano a centro de Torres. El balón va a la mano del jugador al ir rápido al corte. La jugada es discutible, pero a mí entender Mateu hizo bien en mandar seguir la acción. Para mí, tampoco era para señalar penalti.

En el 66’, el centro-chut de Neymar no iba a gol. Si es verdad que Godín toca el balón con el brazo pero intenta retirarlo, por lo que tampoco era voluntario el contacto y el árbitro acertó en no señalar penalti.

Si hay que echarle algo en cara al colegiado fue que Gabi hizo varias acciones merecedoras de tarjeta. Se la tenía que haber sacado por reiteración de las faltas.

Lo mismo que en el minuto 89 debió mostrar la segunda amarilla a Filipe Luis por cortar con la mano de forma intencionada un balón.

Algunas de las manos de la segunda parte dan para comentar lo difícil que es la interpretación de la voluntariedad o no de una mano, pero podemos decir que Mateu cumplió en un partido difícil.