El gatillazo del sábado con el Granada (la victoria no tapó la desazón por el mal juego exhibido) no debe ofuscarnos. El Madrid de Benítez ha empezado el curso con paso firme. Cristiano goleando arriba (lleva 8 dianas) y Keylor mostrándose imbatible atrás. Si a Benítez le dicen que después de sus primeros cinco compromisos oficiales el parcial iba a ser favorable por 16-0 (12-0 en Liga + 4-0 al Shakhtar), hubiera firmado entusiasmado. Lo que ocurre es que el nivel de exigencia en este club es tan brutal que una simple victoria deslucida emborrona todo lo anterior. Para que se hagan una idea, ese Barça que marcha líder y del que tanto se habla elogiosamente, lleva un parcial desde el verano más que discreto: 15-12. Uno menos a favor y... ¡12 más en contra!
No recurriré al laportiano “al loro, que no estamos tan mal”. Pero sí creo justo reflejar que el Madrid llega al Nuevo San Mamés con la cabeza alta y el orgullo intacto. Las bajas de Sergio Ramos (el auténtico líder de la defensa y el espejo emocional del vestuario), James (el mayor talento que tiene este grupo) y Bale (sin el galés el juego se ralentiza en exceso) no deben servir de excusa. El Athletic rugirá aunque la clasificación nos hable más de lindos gatitos que de leones (3 puntos de 12 posibles). Pero sabemos que Valverde tiene cogida la medida a los blancos, que Raúl García tiende a desquiciarnos y que Aduriz es el mejor cabeceador de Europa en estos momentos. El Madrid debe valorar al Athletic como se merece. Así sabrá mucho mejor la victoria...
