No es fácil de entender que ninguno de los 31 remates del Real Madrid acabara en la red de Kameni. El portero malacitano hizo el partido de su vida, es cierto, pero también lo es que la delantera blanca fue bastante previsible y se mostró más estática que de costumbre. Jesé hizo dos cosas buenas, Cristiano lo falló todo, Benzema se perdió en peleas estériles, Isco fue menos Isco...

Ante tal bloqueo se esperaba alguna reacción de Benítez, como en él son costumbre, pero sólo movió banquillo forzado por la lesión de Jesé. Entró Kovacic y después nada más. Ni siquiera con once contra diez por la roja a Amrabat (76’). Se entiende que el técnico no vio en Cheryshev o Lucas Vázquez solución alguna para cambiar el ritmo. Raro.

Entretanto el Málaga se plantó con desparpajo, defendió de maravilla y tocó como los ángeles, con Amrabat en el papel de diablo, hasta para equivocarse en la roja.

Brioso Carvajal. Carvajal fue de los más activos. Subió sin descanso, puso el brío que no tuvieron Jesé, Modric o Kroos. Un trabajo sin premio.

Recio y Juankar. Toque y maestría la de Recio y Juankar para volver loca a la medular del Madrid. Amrabat, otro crack. Después Juanpi asombró.