Condenados a amigarse

Durante el verano, Benítez explicó al club que si el mercado ofrecía un nueve a buen precio no estaría mal incorporarlo. Su deseo era asegurar una competencia a Benzema que evitase los habituales guadianas del francés. Por eso Rafa, antes de firmar de blanco, hizo un sondeo con Morata (a través del agente del juventino) para saber su predisposición para haber regresado a casa esta misma temporada. Karim conocía esta desconfianza del míster y quizá por ello ha empezado el curso mejor que nunca. Más delgado, enchufado, metiendo goles de nueve-nueve y muy activo en la sociedad letal con Cristiano.

Por eso entiendo ese malestar que mostró Benzema al ser suplido en Malmoe. Esa imagen se ha repetido en cinco de los siete partidos que ha jugado Karim en esta temporada, lo que empieza a inquietarle. Sabemos que los futbolistas son egoístas por naturaleza y siempre quieren jugar, sin pensar en el compañero que sale en su lugar. Pero es cierto que en este mes de septiembre hemos visto a un Karim implicado y comprometido. En San Mamés rugió como nunca. Benítez sabe lo que hace, pero creo que el francés tiene razones para su desasosiego actual.