Tras la reivindicación del agente de Bale, se esperaba a un galés encendido, más crecido que nunca, pero lo cierto es que se quedó corto de rendimiento en 45 minutos de juego. Tanto, que en su enredo con Kroos e Isco por las parcelas del centro del campo, sacó tajada el Levante para que en los primeros cinco minutos el Madrid perdiera la posesión (¡54% para los granotas!). Con Cristiano de nueve puro y descolgado por la desatención de Bale entre líneas, los blancos no conseguían acogotar al Levante. El galés tiró sólo dos veces a puerta y fuera, picoteó por muchas zonas del campo, pero no estuvo fluido ni peligroso.

Por todo esto o porque Benítez prefirió darle aire, se quedó en la ducha y entró Lucas Vázquez con brío, a la vez que Kroos dio un paso atrás para mandar. Después, ya con Jesé cerca de Cristiano, el Madrid pareció más homogéneo, junto, con llegada y resolvió mucho más fácil que con Bale.