Diferencias abismales en las áreas

No descubrimos nada si nos ponemos a hablar de las diferencias abismales que hay entre el Madrid y el Levante. Ayer quedó claro, fundamentalmente, donde se nota más desequilibrio si cabe entre ambos: en las áreas. La primera parte fue el fiel reflejo de esta circunstancia. Al descanso en ocasiones el resultado era 3-3. Y ocasiones claras todas. Pero el Madrid de esas tres mete dos y el Levante ninguna. Primero porque no tiene la descomunal pegada de Cristiano y compañía y segundo porque enfrente estaba el mejor portero, me atrevería a decir, del mundo en este momento. El balón que le saca a Deyverson abajo sobre la línea vale más que cualquiera de los tres goles blancos. Y luego el brasileño, una que no se espera. Y Roger, otra que se cruza Varane. Es lo que hay.

Pero no se marchó muy perjudicado el Levante del Bernabéu. Hizo buen partido, al margen de que el Madrid tuviera que bajar y que jugará un poco al tran tran. Tuvo el balón por momentos y ocasiones en ambos tiempos. Lástima de fallos individuales concretos que contra equipos así se pagan doble. Pero la lectura, si es que se debe hacer en este tipo de partidos tan desiguales, no es todo negativo. Igual que en el Camp Nou, donde se aguantó bien casi todo el primer tiempo. Ahora lo que falta es trasladarlo a los partidos de verdad, en los que el Levante no puede fallar. Y el domingo que viene es uno de ellos. Y en casa. Ahí es donde hay que sumar. El resto, machadas.