Márquez, Lorenzo, Iannone y Rossi: ¡vivan las motos!

¡Qué espectáculo en Phillip Island! ¡Vivan las motos! La carrera de MotoGP en Australia ha sido de las que nos recuerdan que la grandeza de este deporte no es gratuita. Uno de esos días en los que el resultado es lo de menos, pero si además gana uno de los nuestros, un español, pues mejor que mejor, jugada redonda… Y así ha ocurrido en un GP de Australia que deja más abierta la lucha por el título entre dos pilotos excepcionales como Valentino Rossi y Jorge Lorenzo, aunque el vencedor haya sido Marc Márquez para demostrarnos que este duelo puede ser algo más que una cosa de dos, con un Iannone que también demuestra que puede haber más incógnitas de las previsibles en esta ecuación. Y todo ello, en un escenario de ensueño, un circuito a la vieja usanza, rebosante de personalidad y con retos constantes para que los protagonistas puedan dar lo mejor de sí en cada vuelta.

Ya digo que una combinación perfecta para una carrera de las que no olvidaremos fácilmente. Cuatro pilotos luchando por una victoria y tres posiciones del podio, sin olvidar esa corona de la clase reina que debe otorgarse ya en sólo dos competiciones más. Ni un metro de respiro entre ellos, ni una concesión en cada frenada, trazadas imposibles y adelantamientos al límite. Valor, tesón y ambición. Motociclismo en estado puro como anticipo de la madre de todas las batallas, dos carreras decisivas en Malaisia y Valencia con tanto por decidir, tanto que ganar… o tanto que perder. Lorenzo ha salido bien parado del envite y ahora tendrá que recuperar once puntos con cincuenta todavía en juego. Podría sonar sencillo pero sabemos que no lo es porque en la otra esquina del ring descansa una leyenda. Para mí, la clave sigue siendo la misma que unas semanas atrás: que Rossi sea capaz de acabar el año, dieciocho grandes premios, sin cometer ni un solo error luchando a ese nivel.