Un punto de optimismo para el Madrid

Buen partido del Madrid en París, mejor todavía si se mira desde la perspectiva de sus muchas bajas. Ese es problema aparte, que empieza a merecer una explicación del club, para que sepamos todos si esto que pasa es casualidad, consecuencia de la gira, mala preparación física o alguna maldición del tipo de la que persiguió a los profanadores de la tumba de Tutankamon. Este miércoles mismo se sumó Kovacic a la lista de lisiados. Pero aun sin todos los que faltaron, el Madrid hizo un partido solvente, controló al PSG, no pasó apuros y puede presumir de que si alguien mereció marcar, ese fue él.

Por ponerle algún pero al Madrid, sería el de falta de ingenio en el último tramo, el que lleva al gol. Su buen juego se plasmó en pocas ocasiones, aunque algunas sí que hubo, las más en la primera parte. Esta vez sí he echado en falta a Benzema, ese Benzema que tantas veces me ha desesperado, pero al que veo esta temporada lúcido, implicado y con la visión de siempre. Sin él cerca, Cristiano, convertido ya definitivamente en nueve puro, estuvo falto de complicidad, tanto como, o así me lo parece, de ese poderío físico que le caracterizó estos años. En fin, que por todo ello el Madrid se quedó sin gol.

Pero atrás no tuvo apuros. Esta vez no hizo falta el milagro de Keylor Navas. Ni con Di María y Cavani primero, ni con Pastore, Lucas Moura y Lavezzi después, y siempre con Ibrahimovic, el PSG produjo peligro. Blanc, que se despachó despreciando a Benítez en la conferencia de prensa previa, tiene poco de qué presumir. Con los jugadores que le compran, el equipo le debería lucir más. Aquí encontramos que Benítez es aburrido (más que defensivo, y no es lo mismo) y que a sus equipos les falta pasión. Bueno, pues mucho más aburrido es Blanc. Si alguien quiso el partido, fue el Madrid. No su PSG.