El Madrid sale más líder después de un gran partido en Balaídos que pudo terminar de cualquier manera. Lo encarriló muy pronto, con goles de Cristiano y Danilo en poco más de veinte minutos. El primero, tras un robo en la salida del rival, como hizo los tres ante el Levante; el segundo, aprovechando el despiste de Nolito para bajar, lo que dio a Danilo gran ventaja. Pero el Celta no se amilanó con eso. Desplegó su juego y al descanso ya le había sacado cuatro paradas estupendas a Keylor Navas, que se va confirmando cada fin de semana  como el mejor portero del campeonato. No, el Celta no es equipo que se rinda.

Y Nolito, menos. La segunda mitad se vio alterada casi en el inicio por una jugada que irritó al Celta. Clos perdonó una tarjeta a Marcelo, y cuando en la siguiente jugada mostró una a Pablo Hernández, hubo revuelo de protestas y eso le costó la segunda a Cabral. O sea, 0-2 y diez contra once. Nada que hacer, parecía. Pero Nolito se rebeló, con carácter, fuerza y juego de jugador grande, hizo mil nudos a Danilo, forzó a Benítez a un cambio discutible (Nacho por Modric) e inflamó de nuevo a la afición. El Madrid, que ya había bajado al irse un espléndido Lucas Vázquez,  se vino definitivamente abajo.

Fue tremenda esa media hora de Nolito, como lo fue el hundimiento del Madrid. Eso sí: tardó en batir a Keylor Navas. Lo consiguió en una primera ocasión, pero se encontró con Marcelo en la raya, que rechazó como pudo. Y luego, sí coronó su partido con un tirazo a la escuadra, imparable. La ilusión del empate corrió por las gradas de Balaídos. El final fue tremendo, con el Celta volcado y cediendo contraataques. Así se llegó al 95’, cuando Marcelo machacó el último de ellos, sobre el pitido final. Un gran partido, un gran resultado para el Madrid y una tarde para recordar, cargada de héroes.