En el Madrid de la primera parte parecía que jugaban quince contra once del Celta. La perfecta sincronización de Casemiro, Kroos y Modric en la presión muy arriba, ahogó a un Celta que perdía el balón muy rápido (posesión para el Madrid hasta el minuto 15 de 68% contra 37%). Benítez volvía a conseguir el objetivo de París: imponer la ley con autoridad zonal, coberturas perfectas sin dejar espacios, y anulando la salida del Celta.

Los goles del Madrid cayeron en la desorientación local.

Casemiro (16 cortes de juego rival), Kroos (5) y Modric (9) eran dueños de todo, apoyados en los trabajadores Jesé y Lucas Vázquez. El trío funcionó y armonizó el partido hasta que se complicó absurdamente, tras quedar el Celta con diez.

Benítez intuyó cansancio sobre la hora en Vázquez, Modric y Jesé, los relevó y el Madrid se replegó dando metros a Nolito y sus huestes. Errático paso atrás que puso en apuros al Madrid, aunque resolvió.

Paso adelante. El Madrid salió dando un paso adelante en la presión, liderada por Kroos, a la par de Casemiro y Modric, junto a Jesé y Vázquez.

Peor encerrado. Benítez vio al equipo cansado y metió a Isco, Nacho y Cheryshev, El repliegue benefició a Nolito, que impulsó la casta del Celta.