Mascherano y los Pumas, qué contraste

Mascherano se dirigió al linier en términos inapropiados, aunque parece que no estrictamente con las palabras que le achacó el acta. Según demostró TVE, Mascherano no habría dicho al linier ‘la concha de tu madre’, sino ‘la concha de tu hermana’. La redacción del acta confundió una expresión por otra. Son dos expresiones argentinas, trasladables aquí ambas, una más que la otra. ‘La concha de tu madre’ (el coño de tu madre) atenta directamente a la virtud materna, es traducible por ‘hijo de puta’. ‘La concha de tu hermana’ no tiene traslación tan evidente pero, claro, va por ahí.

Así que el Comité de Competición se halla ante un enredo. Aún no hace tanto que el ‘villarato’ cursó una instrucción descabellada en vísperas de una final de Copa Atlético-Sevilla. La Federación había instado a Uruguay y Argentina a que Forlán y Agüero jugaran esa final, cuyas fechas invadían la concentración de la Copa América. Hecho eso, se vio obligada, ante la presión de Del Nido, a ser indulgente con Negredo, que había dicho ‘me cago en tu puta madre’ a un asistente de Rubinos Pérez en un Almería-Sevilla. Ese insulto tan grosero se transformó, por conveniencia ocasional, en desconsideración.

Aunque aquello se corrigió, en ese mundo borroso nos movemos todavía. Y más si, como es el caso, no hay certeza de que el acta arbitral haya sido del todo literal con los hechos, lo que daría lugar a la destrucción del principio de veracidad. En todo caso, lo que todos hemos visto es que Mascherano dijo algo, y que eso que dijo le sobró. El mismo día vimos a los argentinos de rugby, ‘los Pumas’, matarse literalmente brazo a brazo, hombro a hombro, cabeza a cabeza, con los australianos. Se partieron el alma. Perdieron como grandes. Ninguno insultó, nadie se acordó de la concha de nadie.