Valentino Rossi, piloto non grato

Valentino Rossi tiene doce días para excusarse de su espantoso comportamiento en Malaisia. Son los que faltan para la carrera de Valencia. De otra manera, el ambiente se le hará insoportable. Rossi es, ahora mismo, piloto non grato en España. Mejor que no venga. Cierto que Márquez le planteó una carrera en la que no le iba a perdonar una. Rossi había iniciado la guerra psicológica el jueves anterior, acusando a Márquez de entorpecerle para que Lorenzo gane el Mundial. Márquez, lejos de acobardarse, se creció e hizo un estrecho marcaje a Rossi. Al límite, pero absolutamente legal. Rossi tenía dos soluciones: pasar a Márquez y dejarle atrás, o ir tras él, como tantas otras veces, para intentar adelantarle en la última vuelta.

No hizo ni una cosa ni otra. Se dedicó a amedrentarle lanzándole miradas insolentes. Quería tener el camino expedito por ser quien es. Pero Márquez también es mucho Márquez. Nada menos que el vigente campeón, algo que Rossi pareció olvidar. Éste asegura que sacó la pierna una vez que Márquez comenzó a caerse. Si uno ve que la moto del contrario se le viene encima, lo que hace es encoger la pierna, no estirarla para que se le enganche y le pueda arrastrar. Ante las dos versiones diferentes, hay un hecho, reconocido por el propio Rossi: frena y le corta la trazada a Márquez, con unas consecuencias ya conocidas. Lo mismo hasta le sobraba la patada. El daño ya estaba hecho. Mas, por si acaso, quiso rematarle. Un horror.