Los grandes, la última frontera del nuevo Depor

El Depor recibe al Atlético en puestos de Europa League, una atalaya que no hubiera soñado ni el más optimista de los aficionados a estas alturas de competición. A pesar del bajón tras caer en Málaga, más por las formas que por la derrota en sí, lo hecho hasta ahora era inimaginable cuando el equipo se salvó en el Camp Nou en el último suspiro de Liga. Los refuerzos han subido el listón, ha vuelto la comunión con la grada y Víctor está creando lo que en los últimos años ha sido una quimera: un equipo. Hay orden, entrega, solidaridad, ideas claras y algo básico: calidad. Lucas Pérez es el alma y el gol de este nuevo proyecto. Mosquera está creciendo al mismo ritmo que el equipo. Fayçal, que se estrenará con Marruecos, es capaz de subir el Atlas corriendo. Sidnei, el mariscal de la defensa. Navarro, las tablas y la regularidad. Luis Alberto, Fede, Cani...

Llegados a este punto, que no ha sido fácil, nadie quiere que pare la fiesta después de tantos años de sufrimiento. Pero para que esto suceda, este nuevo Depor necesita cruzar la última frontera: los grandes. La pasada temporada Riazor sintió bochorno tras el 2-8 del Real Madrid. Messi dejó un hat-trick en el paseo del Barça y Griezmann había firmado un doblete a la media hora en otro partido con poca historia. Ganar hoy ante los de Simeone sería dar un paso de gigante, no tanto por los puntos, sino por la autoestima. Sería adrenalina en vena para resucitar la memoria de aquel Riazor que hacía temblar a cualquiera y una dosis de convicción para la plantilla. Víctor, que jamás se sale del guión en público, tiene hambre y esa memoria. Memoria de aquel Depor en el que él jugó. De aquel espíritu indomable que quiere recuperar cuanto antes. Hoy, mejor que mañana.