Ya nadie le regatea elogios a Neymar; ni siquiera lo acusan de humillar al contrario combinando belleza y eficacia. Su juego está a punto de entrar en la leyenda de las mejores combinaciones posibles en el fútbol. Han cambiado las cosas en el Barça desde que está Messi lesionado, pero algunas han sido para bien. Busquets se ha hecho con el campo a la espera de Iniesta y en ausencia de Xavi. Este juego elegante y efectivo del mediocentro, combinado con la electricidad de Neymar y la tozudez goleadora de Luis Suárez han sido suficientes, sobre todo anoche ante el Getafe, para suplantar en un porcentaje notable, al astro ausente. El Barça se alimentó en el Coliseum de esos nombres propios y de uno nuevo, Sergi Roberto, cuyo centro del segundo gol, que remató Neymar, parece calcado de los planos que debió dejar en el vestuario azulgrana el mejor jugador español de esta época, Xavi Hernández

En medio de este tejemaneje de bellezas y de incertidumbres el Barça va levantando la cabeza, y lo honra que sea jugando al fútbol (casi) como solía. Es raro que una afición como la de Getafe, que tiene a uno de los jugadores más educados de la Liga, Lafita, pite a Piqué como en cualquier parte. Pero qué broma es esta.