Dopar ya no es gratis en España

“Nos pinchaban en la vena, en el hombro, en la tripa, en el culo...”. Un día comenzó a sentirse “muy mal, con vómitos, mareos y temblores”. No es el caso Manzano, pero lo parece. Las atrocidades del dopaje son las mismas, sea en uno u otro deporte. Esta vez es en el remo. En las traineras. El caso ha acabado en los tribunales. Allí, tal y como ocurrió en el juicio de la Operación Puerto, las confesiones de un remero causan horror. Siempre lo mismo: unos resultados que se quieren mejorar, el druida que aparece de repente, las inyecciones mágicas, unos resultados espectaculares y... empiezan los problemas de salud. Primeras denuncias, amenazas, una instrucción bien llevada que acaba ante el juez y proceso abierto. En el banquillo, diez acusados.

Manzano no estaba loco. Y la trama del dopaje tampoco es exclusiva del ciclismo. Hay que estar bien alerta. Aunque seguir la pista a determinados personajes facilita mucho las cosas. La Agencia Española Antidopaje tiene constancia de que en cuantos casos investiga acaba apareciendo alguno de los nombres que maneja. Estos lo saben, y su capacidad de maniobra se va reduciendo. Juicios como el de la Operación Puerto y éste de la Operación Estrobo también evitan que nuevos personajes se incorporen a las redes de dopaje, o al menos antes se lo piensen. Dopar ya no es gratis en España. Hemos aprendido de errores anteriores, y un caso bien llevado acaba fácilmente en los tribunales. Vamos avanzando.