Y de Jorge Lorenzo, ¿quién se preocupa ahora?

Jorge Lorenzo se juega el domingo su tercer título mundial de MotoGP, el quinto de su brillante trayectoria sumando otro par de 250cc. Valencia puede apuntalarle como uno de los grandes de la clase reina y, sin embargo, las circunstancias le han abocado a un segundo plano, injusto por lo que representa y por las causas que lo han producido. Nadie parece acordarse del mallorquín, pero sobre todo nadie parece querer apoyar su causa, quizá la más justa de todas las que entran en conflicto en este lamentable final de temporada. Ha ganado seis grandes premios en 2015 y conquistado cinco podios más, sólo la regularidad de Rossi le ha dejado siete puntos por detrás ante la cita decisiva de Cheste. Creo que el español sería un campeón tan digno como el italiano, diría que más después del vergonzante episodio de Sepang. Con todo, se ha quedado incomprensiblemente solo ante el peligro…

Valentino dudó de su capacidad insinuando que necesitada de la ayuda de Márquez para arrebatarle el título; la Dirección de Carrera le perjudicó claramente al castigar de forma tan tibia la maniobra deplorable del líder; Yamaha se posicionó de parte de Rossi al recurrir esa sanción sabiendo que actuaba en perjuicio de su otro piloto; el ambiente de hostilidad que se ha generado para el GP de Valencia puede adulterar lo que debería haber sido un mano a mano entre los dos aspirantes al título… En fin, una lista de despropósitos frente a los que nadie parece dispuesto a posicionarse del lado de Lorenzo. Aunque quizá sí haya quien lo haga: la afición, su afición. Un español jugándose la gloria en casa, el escenario ideal para dejar atrás todas las demás cuestiones y demostrar que seguimos queriendo tener a uno de los nuestros como el número uno, como el más grande entre los grandes. Yo estoy con Jorge y su victoria me parecería una merecida compensación a tanta injusticia hacia él. Las rencillas me preocupan hoy algo menos, se acerca el gran día para los que de verdad amamos las motos.