Un City aplastante

Fue uno de esos partidos que empezaron a jugarse en el túnel de vestuarios de camino al césped. La intensidad de los de Pellegrini sugería una urgencia que le faltó al Sevilla. Así que primera lección: estos partidos se inician en el vestuario. En doce minutos, el City marcó dos goles, un balón dio en el poste y el Sevilla podría haber sido castigado con un penalti. Es casi imposible reponerse tras un inicio así, principalmente porque cualquier intento de darle la vuelta es un esfuerzo tan brutal que surgen boquetes en otros lados. Al primer tanto del Sevilla, totalmente contrario a la dinámica, siguió un tercero del City con una lógica casi aplastante.

Pellegrini tiene un equipo con velocidad, potencia, fuerza, y está aprendiendo a sufrir y a ganar en todos los campos. Le falta sutilidad para saber jugar todos los momentos de los partidos. El Sevilla, maravilloso en Manchester y desconocido ayer. Parece que la Champions le queda grande.