El Barça alarga Halloween mientras busca una salida

Que siga la fiesta. Se filtró ayer contra los planes del club que los jugadores del Barcelona, en vez de tener hoy entrenamiento, cerrarán Port Aventura para unas jornadas de convivencia. Uno no sabe si es más surrealista que los responsables del club pretendieran que esta actividad quedara en secreto (argüían motivos de seguridad) o que con la que cayó en Getafe, la plantilla se desplace a un parque temático que durante este mes celebra Halloween con las atracciones tuneadas con motivos terroríficos y con sus empleados disfrazados de mosntruos.

Buscando una salida. La gansada de los jugadores que se disfrazaron en el Coliseum pasará al anecdotario de la Liga ocupando el lugar de esa fiesta ya lejana que organizaron los del Betis y en la que apareció por sorpresa Lopera y algunos se escaparon por la ventana. Los béticos encontraron una salida que los del Barça no vieron, pues huyeron por la sala de prensa. Bien pensado, es lógico que se desorientaran, pues para un jugador culé una sala de prensa es un elemento extraño. El último que pisó una, exceptuando cuando la UEFA les obliga, fue Piqué a petición propia el pasado 10 de septiembre.

Las disculpas. Estuvo listo el club saliendo al paso haciendo un comunicado que firmaron los jugadores pidiendo disculpas y estuvo enorme el pobre Vermaelen comiéndose el marrón de comparecer antes del partido del BATE justificando lo injustificable. Luego habló Luis Enrique que se dedicó a echar la bronca al personal. Nada que objetar, pero al técnico no le hubiera costado nada sumarse a las disculpas al club madrileño. Se echó de menos un poco de humildad en su argumentación.

La pintura. Que Luis Enrique no pidiera disculpas por lo de Getafe puede tener dos lecturas: la primera es que como él no participó ni estaba de acuerdo con lo que pasó no se sienta en la obligación de pedir perdón (a pesar de que dio la cara por los suyos); la segunda es que se haya apuntado a la teoría de la conspiración que verbalizó Alves el miércoles tras hablar del hambre en el mundo. Nada de lo que pasó fue responsabilidad de los jugadores y los que pintaron el vestuario fueron los del AS, los del Getafe o un delegado de la UEFA que ya no sabe cómo sancionarles.