Vamos mejorando. Bale ha entendido el mensaje del compromiso. Por fin. Irse de nuevo con Gales, para jugar un amistoso en Cardiff ante Holanda, se hubiera considerado por la afición del Bernabéu como un desacato y un nuevo acto de alta traición a la causa blanca. Le han abierto los ojos. Lo del Andorra fue un error clamoroso, pero uno que es patriótico hasta la médula intenta archivarlo como un pecado de juventud. Si llega a ser reincidente, no hubiera tenido perdón. Bale se ha quedado en la capital para ayudar al club que le paga. Y muy bien, por cierto. Intentará estar listo para entrar en la convocatoria para Sevilla, aunque sea para ayudar unos minutos. Después, tendrá dos semanas para aterrizar en el Clásico del 21-N en buena forma.

Bale debe entender que, como dice el refrán y no quiero ser ventajista aprovechando el guiño del calendario, “el que se fue a Sevilla perdió su silla”. En su ausencia de estas tres semanas, ha subido como la espuma la cotización de Lucas Vázquez. También Jesé ha aprovechado sus oportunidades. Bale, estando al 100%, debe jugar sí o sí. Pero si muestra su imagen comodona, indolente e interesada (jugó un rato del derbi sólo para estar en forma ante Bosnia), la afición le va a decir que verde las han segao. Querido Gareth, ponte las pilas.