Suena el teléfono. Es Radio Caracol. Los compañeros quieren saber cómo está James. ¿Cuándo vuelve? ¿Jugará con Colombia? Esta ha sido la tónica de las últimas semanas. Su estado era preocupación nacional. Ahora que saben que su jugador más mediático (ha dejado en un segundo plano a Falcao) estará con la tricolor han respirado tranquilos. Colombia tiene dos partidos apetitosos (Chile y Argentina), de esos que no te quieres perder. James dijo en la fiesta de GQ que estaba “listo desde hace 15 días”. La realidad es que le falta ritmo de competición. Por tanto, es él quien tiene que dar un paso al frente, ser consecuente y dosificarse. Que juegue los 180 minutos con Colombia sería contraproducente y James tiene que hacerle ver a Pékerman sus limitaciones y pensar que le queda mucha temporada por delante. Lleva sin jugar dos meses y sería una temeridad exponerse a dos encuentros completos.

Debe pensar que el 21 de noviembre hay un Clásico, que la Copa del Rey está a la vuelta de la esquina, que el Madrid tiene que ser primero en el grupo de la Champions, que en la Liga hay que mantener y afianzar el liderato y que en el club que le paga también lo necesitan y no juega desde el 29 de agosto. “Que meta goles y que vuelva sano y salvo”, es lo que se piensa en el club, verbalizado por Benítez el pasado lunes...