González acertó al no pitar dos penaltis por mano

n Los árbitros lo tienen difícil al pitar en el Sánchez Pizjuán por la pasión de su afición. Pero González González hizo un primer tiempo muy bueno, interpretando lo que es entrar en falta y lo que es buscar la falta. Por eso, amonestó a Nacho en el minuto 4’ por una falta táctica a Vitolo. Sin embargo, a Danilo, en el 12’, no le mostró la cartulina porque, aunque incurrió en falta (muy similar a la de Nacho), el brasileño no buscó cometer la infracción para cortar el juego. También supo aplicar la ventaja, como en una falta que dejó sin señalar a Pepe en el 43’, que luego se convirtió en una clara ocasión de gol para el Sevilla. Eso es lo que distingue a los buenos árbitros del resto. Y González González lo es, porque lo siguió demostrando también en la segunda parte.

Las dos jugadas más difíciles y discutidas fueron dos posibles penaltis por mano. La primera fue en el minuto 14’. Bale centró y, a muy poca distancia, Krychowiak se tiró al cruce. El balón le dio en la mano sin posibilidad de que éste la pudiera quitar. A mi entender, no es penalti. La segunda es en el minuto 87’. Se reclamó una mano que existió de Tremoulinas en un remate a bocajarro de Bale de cabeza. El lateral del Sevilla tenía el resto del brazo pegado al cuerpo y no esperaba dicha acción. Acertó otra vez.

Hubo un caso curioso en el 65’. James, estando el balón en juego, lo cogió porque estaba pinchado. No es de tarjeta, pero es mano. Y por último, ningún jugador, como hizo Immobile, puede quitarse la camiseta. Ni por protesta ni por euforia. Todos saben que es amarilla...