Ciclismo, el deporte decano

No hay muchos deportes que puedan presumir de un siglo de existencia con una estructura organizada a través de una Federación. En España, sólo la colombofilia (1894), el ciclismo (1895), la gimnasia (1899), el tiro (1900), la vela (1907), el tenis (1909), la hípica (1911) y el fútbol (1913). Las próximas federaciones en ser centenarias serán la de atletismo y remo (1918, ambas). Reducida en sus orígenes la actividad de las palomas mensajeras al ámbito militar, quedó el ciclismo como único y auténtico deporte a practicar en la España de finales del siglo XIX y principios del XX. Una actividad reservada para las gentes muy ricas. Juan Antonio Gutiérrez se lo cuenta en el espléndido reportaje de los 120 años de ciclismo en España.

La Federación de ciclismo empezó llamándose Unión Velocipédica, porque aquellos artilugios entonces no eran bicicletas, eran velocípedos, palabra procedente de velox (rápido) y pedes (pies). Es decir, se trataba de un artilugio que se movía rápido por la acción de los pies. El velocípedo dejó paso a la bicicleta, mezcla de bi (dos) y kyklos (rueda), que se mostró como medio ideal para cubrir largas distancias. La bicicleta dejó de ser exclusiva de las clases sociales más altas, y su popularización abrió las puertas a la organización de grandes carreras. Y hasta hoy. Ahí sigue el ciclismo. Con una muy buena salud, pese a los gravísimos problemas que le crearon las propias gentes del ciclismo. Ahora ha podido volver a ser el gran espectáculo.