Dos golazos y pinchazo de Diego Costa

Dos golazos redimieron un partido más bien gris, en el que a Inglaterra no se le vio nada de nada hasta que, muy al final, salió Rooney. Tampoco se vio mucho a España durante una hora. Del Bosque colocó dos delanteros de área, Diego Costa y Alcácer, que ni conectaron con el equipo ni entre sí. La fórmula, claro, restaba un jugón en la media, y entre eso y cierta abulia general nos aburrimos hasta que se salió Nolito. Con él mejoró todo, y más cuando se fueron Diego Costa y Alcácer y el medio campo se inundó de juego. El premio fueron dos goles, dos golazos, y una victoria de prestigio.

Digo lo de prestigio porque ganar a Inglaterra todavía lo da. Siguen siendo los inventores, y venían con la vitola de haberlo ganado todo en su grupo. Claro que, mirado más de cerca, el grupo era muy fácil y además vinieron con muchas ausencias, entre lesiones, molestias y escaqueos, cosas fronterizas. Una Inglaterra muy floja, pero es Inglaterra, y los que por ese mundo lean el resultado verán eso: una victoria de prestigio. Y si encima ven los goles, mejor que mejor. Además de todo ello, Casillas dejó por centésima vez su portería a cero con La Roja. Otra medalla en su gloriosa carrera.

Lo que sabe mal es lo de Diego Costa. Del Bosque sigue tirando de él y no se ve otro motivo que un agradecimiento a su decisión de ir con nosotros a Brasil. Es para tenérselo en cuenta, sí, pero me parece que ya está pagada la deuda. Intenta mucho, pero hace poco, y después de año y medio lleva la mitad de goles que Mario, un lateral que acaba de aparecer. Me parece algo así como el esperanto, que se intentó con los mejores propósitos en su día, pero que hace tiempo ya se vio que no había por qué insistir en ello. En fin, victoria y ahora a Bélgica, el martes, donde supongo que jugarán otros.