Haber jugado ante el Sevilla o cruzar el Atlántico para el debut eliminatorio era arriesgar su momento. Keylor es de los futbolistas que suele sacrificar todo y siempre acierta. Si llegar al Madrid era su sueño, el Clásico es su esperada graduación. En su llegada a España vivió momentos donde tuvo que poner frenos a lo que quería. Supo acarrear sus deseos para montarse en un tren de éxitos que no va a detenerse. Antes del Mundial, en la concentración tica, bajó revoluciones y después llevó a una selección de CONCACAF por primera vez a cuartos, dejando atrás a rivales de calidad.

Su fichaje en el Madrid fue el mejor ejemplo: aguantó su momento. Soportó críticas por traer a De Gea. Marginó su participación en la Copa Oro para recuperarse a pleno por una lesión en el talón. Si el Madrid llega con fuerza al Clásico es por su estratosférica labor, que no se perderá su mejor momento en el Bernabéu. En su país morían por verlo en el debut eliminatorio. Sin embargo saben que, esta vez, el Madrid-Barça será vivido como nunca antes.