McLaren dinamita a Alonso

Fernando Alonso ya se consuela con acabar una carrera. Ver para creer… Su ambición de campeón, su hambre de triunfo, se ha transformado en resignación. Es lo que han conseguido McLaren y Honda en un año vergonzante. Digan lo que digan es así, inadmisible haberse pasado toda la temporada penando, sin capacidad de evolución, de mal en peor. Las imágenes del gran premio protagonizadas por el asturiano han sido verle tomando el sol tras la enésima avería de su monoplaza y subido furtivamente en el podio de Brasil junto a Jenson Button, un compañero que sufre como él este calvario. Mejor tomar las cosas con humor, dicen algunos y puede que no les falte razón; pero a mí me entristece mucho haber llegado a este extremo.

Situación límite, sí, porque este proyecto se encuentra bajo mínimos en términos de credibilidad. Nadie confía hoy en que la próxima campaña la situación vaya a ser muy diferente, incluso oímos hablar ya de 2017. Tremendo pero probable. Es tanto lo que tienen que recuperar McLaren y especialmente sus socios japoneses que se antoja como una misión imposible, sobre todo después de la exhibición de ineptitud de este Mundial. Y para colmo, Alonso advierte de que Mercedes aún tiene ases bajo la manga, que seguirán mejorando. Y si neutralizar esa diferencia parece una utopía, ¿qué expectativa nos queda? ¿Otro año sin victorias, sin opciones a un título? Ni lo pensemos por el momento, sería terrible para Fernando y para nuestro automovilismo.