Andrés, contigo empezó todo

A Iniesta le pone (y mucho) el Clásico, aunque públicamente buscará una expresión que no incomode y haga sonrojar a alguien. Pese a que muchos creen que no tiene carácter para imponerse en el vestuario, la realidad es diferente. Sigue siendo tímido, eso es carácter, pero no se calla una y si tiene que gritar… que se lo pregunten a los árbitros. No tiene la presencia física de Puyol, cierto, y nada tiene que ver con Xavi, sus últimos antecesores, pero nadie podrá decir que el canterano ha sabido agarrar, en silencio, los galones que otros tuvieron que dejar al salir del vestuario y poner en práctica todo lo que aprendió de ellos a lo largo de los años. El manchego está hambriento de Bernabéu. Sabe que últimamente, cuando el Barça gana allí, el trofeo de Liga no acaba por entrar siempre en el Museu. Y claro, para retos, el Barça de Luis Enrique.

Se le metió al equipo en la cabeza la pasada temporada ser el primer conjunto que consigue repetir el triplete (eso ya lo tienen en el currículum) y ahora, el colectivo, pretende vencer en Chamartín y acabar con esa maldición. Agarrados a su inteligencia haciendo circular el balón y a la experiencia de haber disputado 31 Clásicos, Iniesta invita al culé a soñar. Con él presente y siendo un gran protagonista en el día a día, el Barça fue cambiando la historia y él se convirtió en uno de los pocos elegidos que mantienen taquilla en el Camp Nou y que disfruta de un ciclo sin fecha de caducidad. A él sí le iría bien el grito de Piqué: “Contigo empezó todo”. ¡Al Clásico!