Este Barça no era el de septiembre

En la víspera del choque, Rudi García se había mostrado optimista: “El Barça no es invencible, tenemos que repetir el partido de ida”. Lo que el técnico francés no consideró es que el equipo que el pasado 16 de septiembre empató a uno en el Olímpico era aquel que encajó cuatro goles en la Supercopa de Europa, que perdió la de España y el mismo al que, una semana después, le dieron cuatro bofetadas más en Vigo. Eran otros tiempos.

Con este Barça, en cambio, no hay planes. El conjunto de Luis Enrique (que ayer vivió su personal vendetta ante esos tifosi que le apodaban ‘demental coach’) volvió imparable, y un Roma que —con los 6 de ayer— encajó 31 goles en los 18 partidos de este curso, no tenía esperanzas. Los equipos parecían pertenecer a planetas distintos, una pesadilla que los giallorossi ya vivieron con los 1-7 ante el United en 2007 y el Bayern hace un año. Batacazos que, como admitieron los mismos jugadores, perjudicaron toda la temporada, algo que no debe repetirse: la clasificación en la Champions es todavía posible ganando al BATE y el primer puesto de la Serie A está sólo a tres puntos. Esta vez toca olvidar rápido, atormentarse tras el 1-6 sería inútil. Sobre todo ante un rival como este.