El Madrid de los que corren

Mirando el vaso medio lleno, el Real Madrid puede sacar conclusiones positivas de los 78 primeros minutos en Lviv. Supo levantarse con grandeza del cataclismo que supuso la goleada en el Clásico; hasta el 1-4 se comportó como un equipo solidario, y manejó perfectamente las dos velocidades, tocando en el medio y lanzando al espacio a Bale y a Cristiano, que es donde marcan diferencias. Se demostró que son letales y más que compatibles cuando Bale arranca por la izquierda, la única zona donde el galés despliega su jerarquía. Como mediapunta es la mitad de Bale.

Viendo los kilómetros recorridos y, sobre todo, el rendimiento del centro del campo no cabe duda de que Modric es el único indiscutible, que Casemiro equilibra al equipo, que Kovacic compite el puesto con este Kroos y que Isco merecía ser titular ante el Barça por rendimiento. Lástima que pagase su frustración por no jugar y por el baño azulgrana con la rodilla de Neymar y eso le haya costado dos partidos. Otra evidencia es que Carvajal tiene que ser titular en el lateral derecho por delante de Danilo. Con las bajas en defensa de Ramos y Varane en Eibar, tocará correr todos para atrás y galopar hacia adelante. El cupo de pájaras ya está consumido. Benítez no puede permitirse ni una más.