Un Betis implicado

Digo la verdad: como la mayor parte de los entrenamientos son a puerta cerrada, no sé si Pepe Mel trabaja mejor o peor. Si empapela más o menos los vestuarios o dibuja muchas flechas en la pizarra. Sólo conozco lo que veo el fin de semana: que la calidad de la plantilla, técnica y también física, es justita; que hay pocos futbolistas decisivos: por supuesto Rubén, que ayer marcó otro gol de oro. Y Joaquín. Y también Adán, que se jugó el tobillo en la noche de Valencia y volvió a mantener su puerta a cero.

Adán, implicado. Eso lo veo en el campo: que los futbolistas, por encima de su competencia, de fallos individuales (esta vez le tocó a Bruno: luego se entonó) andan completamente empeñados en el asunto de correr, fajarse y ganar partidos. Aunque la mayoría de ellos sean fuera de casa. Seguro que a ellos, a Mel e incluso a ese entorno dañino que se la tiene jurada al entrenador les gustaría que su gente tuviera las alegrías en casa. Pero lo importante, con lo que hay, es mantenerse y sufrir lo mínimo. De momento, 18 puntos. A tres de la mitad de los que hacen falta para quedarse en Primera.