Benítez siempre dispara al pianista: James

Tres puntos, otra lesión muscular (ahora Carvajal) y un nuevo desdén a James, el primero en ser sustituido. Eso sacó el Madrid de su visita a Éibar, donde vimos un partido industrioso y esforzado, que se resolvió a favor del Madrid porque tiene más. El primer gol llegó al borde del descanso, en un cabezazo de Bale, que compensó así un poco su partido gris. El otro, en un penalti (que a mí me pareció menos que otro anterior) marcado por Cristiano, al que se le habían escapado antes algunas ocasiones claras. Cristiano llega al remate, pero ha perdido un punto de precisión y se le escapan muchos goles.

Fue un partido de vaivén en el que hay que valorar el mérito del Éibar, cuyo presupuesto anual equivale a lo que el Madrid ha gastado en, por ejemplo, el fichaje de Danilo. Además también tenía bajas: Keko y Borja Bastón, y sus repuestos no son tan lujosos. Pero mantuvo el tipo y tuvo el partido vivo hasta el penalti que supuso el 0-2. Aguantó muy bien la pelea en el centro del campo, pero le faltó remate. Enfrente, el Madrid vivía de algún pase profundo de James a Cristiano o a Bale, a los que en ocasiones dejaron en fuera de juego. Y, cuando no, el gol se les escapó, sobre todo a Cristiano.

La mala noticia fue la lesión de Carvajal, muscular. La décimosexta de este tipo. Las otras, las de traumatismos, se pueden considerar casuales. Pero esta epidemia de lesiones musculares refleja un déficit en la preparación y es una sangría que impide, más allá de las confusiones de Benítez, estabilizar un equipo. Y la polémica vino con la sustitución de James, que cayó el primero para que entrara Lucas Vázquez, buen jugador, por otra parte. Pero, ¿por qué James? Benítez siempre dispara contra el pianista. No hay duda de que, diga lo que diga, algo no le gusta de él. James se marchó echando humo.