Gómez Noya: repóquer de corazones

Francisco Javier Gómez Noya tiene un corazón rebelde. Y gracias a eso puede alzarse hoy y gritar: “Soy pentacampeón del Mundo de triatlón”. Entre 1999 y 2006, su entonces prometedora carrera deportiva estuvo marcada por las idas y venidas de su licencia federativa, por esa anomalía cardiaca congénita que le cuestionaba para el deporte de alto nivel. Noya tuvo prohibido competir, pero nunca se rindió. Nunca. Removió el cielo y la tierra para poder desarrollar su profesión: la de triatleta. Al final logró normalizar su situación, no sin contratiempos, y desde 2007 no se ha bajado del podio del Mundial.

Es más: Gómez Noya tiene ya cinco títulos de campeón del Mundo. Un repóquer de corazones que le ha permitido coronarse en este 2015 como el más grande triatleta de todos los tiempos en distancia olímpica, con un triunfo más que el británico Simon Lessing. En ese palmarés también figura Iván Raña, vencedor en 2002. Y ahora otro español, Mario Mola, llama con fuerza a la puerta. El balear es subcampeón mundial y uno de los principales rivales para que Gómez Noya ascienda al último peldaño que le falta: el oro olímpico en los Juegos de Río 2016.