No vio otro penalti a Cristiano

Hay que exigirle más a Gil Manzano, pues siempre tiene cosas buenas y otras que le quitan personalidad. En lo bueno, diré que sabe colocarse bien. Tiene una buena dirección del juego y sabe pararlo cuando empiezan los roces. Y sabe aplicar correctamente la ventaja. En lo que tiene menos bueno, ha de mejorar en personalidad, sobre todo cuando le siguen protestando sus decisiones, y más si son jugadores de equipos grandes, como he podido observar hasta ahora. Aparte, en las áreas siempre tiene la mala suerte de equivocarse en algunas jugadas. En este partido tuvo mucho trabajo ahí. Me explico.

En el minuto 44 no hubo falta ni penalti de Dos Santos a Bale. El contacto fue dentro del área, pero el madridista cayó después de haber perdido la posición. En el minuto 47, Cristiano intentó ir a un balón al que no llegaba. Chocó con Capa y se dejó caer sin que existiera derribo y, como siempre, buscando el contacto para tirarse. No hubo penalti aunque protestó en exceso, sin que Gil Manzano le llamase la atención o amonestase. Una cosa es buscar que piten y no protestar y otra es engañar y, además, protestar.

En el 62’, Juncà, dentro del área, empujó con el brazo por detrás a Cristiano que, aunque exageró, sí fue objeto esta vez de penalti. Puede que Gil Manzano no lo señalara pensando en la acción del 47’ en la que le intentó engañar. Por último, en cuanto a las jugadas conflictivas en las áreas, en el 80’, Dani García se vio rebasado por Lucas Vázquez, dejó su pie izquierdo para que tropezase y cayese y así sucedió. Era difícil de apreciar, y Gil Manzano acertó.

Gil Manzano acertó en dos fueras de juego y se equivocó en otros dos. Ninguno de ellos determinantes. Los jugadores se portaron de una manera muy deportiva, más aún en un campo pequeño, lo cual facilitó la actuación a este colegiado extremeño que para mí, siendo internacional, debe cuidar más algunas pequeños detalles que muchas veces estropean su buena labor.