Cristiano vuelve, Messi está, Neymar va...

La organización del Balón de Oro dio ayer a conocer los tres jugadores que compondrán el podio: Messi, Cristiano y Neymar. Habrá discusiones, como siempre, pero esta aproximación el premio, que se concede por votación de los seleccionadores y capitanes de selección de todo el mundo y de un grupo de periodistas al que me otorgaron el honor de pertenecer, tendrá bastantes consenso, imagino. Entre Messi y Cristiano se reparten los siete últimos premios. Han sido (están siendo) dos jugadores de época. Junto a ellos aparece Neymar, más joven, figura emergente, que cada año mejora.

La proclamación de los finalistas, que no es sino la confesión de quienes son los tres más votados, sin declaración de orden, me pilla en Barcelona. Aquí existía la ilusión de ver repetido un podio barcelonista, como ocurrió en 2010, con Messi, Iniesta y Xavi. Ahora se pensaba en Messi, Neymar y Luis Suárez. Era una ilusión un poco exagerada. Cristiano sigue ahí. Aunque no sea el mismo que aprovechó dos años ‘cuasisabáticos’ de Messi para ganar dos Balones de Oro, aún marca una distancia con el resto... si se tiene en cuenta el año natural. Si fuera por este trimestre, no podría decirse lo mismo.

De los tres finalistas se puede decir una cosa: Cristiano vuelve, Messi está, Neymar va. Los mejores momentos de Cristiano me parecen ya sólo un buen recuerdo. Y no hablo sólo de los goles. Ese culturista que se retrató con sandías bajo el sobaco en vísperas del Clásico ya no es exactamente un futbolista, sino un Narciso que juega al fútbol. Messi está. En lugar de profundizar en su físico, nunca tan envidiable, profundizó en su fútbol, más envidiable. Ahora concibe, además de ejecutar. Ha llegado y disfruta ahí. Tras ellos, Neymar progresa al compás del buen fútbol de un club de fútbol. Lo que le faltó a Cristiano.