La Liga se abre al mundo

Gala grande de La Liga en Barcelona, a mayor gloria del Barça del segundo triplete y de los planes expansionistas de Javier Tebas, que se ha propuesto abrirse al mundo. El evento se vio en 130 países como antes el Clásico en el mundo entero. Tebas anda preocupado por no estancarse a la sombra de la Premier y va montando eventos en Miami, Nueva York, Shanghai, Dubai y abriendo oficinas, la última en Johannesburgo, donde haga falta. Considera que La Liga ha vivido encerrada en sí misma y se ha propuesto una colonización. Por eso este año se ha inventado la figura del embajador y ha reclutado a un brasileño (Roberto Carlos), un holandés de padre surinamés y madre de Curazao (Kluivert), un francés de Lifou, Nueva Caledonia (Karembeu) y un maliense (Kanouté), comprometidos con la causa. Al menos, quiere mandar una señal de Liga global.

Pero La Liga también mira hacia dentro. La gala se celebró entre el runrún de qué pasará con el concurso del próximo ciclo de derechos televisivos. Tebas quiere 1.000 millones por los derechos de televisión (nacionales) y 2.000 en la subasta del año 2019 (“si no, no tendremos mucho futuro”). Apunta alto y en su personaje conviven muchas aristas, pero de momento los clubes españoles han celebrado en 2015 un aumento en el dinero para todos, un acercamiento en los ratios entre los poderosos y el resto y una reducción de la deuda que empieza a normalizar el fútbol. A pasitos, La Liga mejora. Ahora Tebas la quiere abrir al mundo.