P. P. San Martín

El Madrid no tuvo piedad: 32 remates

El partido duró once minutos, lo que tardó Benzema en abrir el marcador. El Malmoe ya aparentaba desde la foto de equipo y se confirmó enseguida. Su flojísima defensa, su intención suicida de tocar balón, su nula pegada arriba... Permitía al Madrid ganar terreno cada segundo, con James Rodríguez al mando, moviéndose con una libertad absoluta. Incluso Isco dio un paso a un lado en la creación ante el liderazgo del colombiano mientras que estuvo en el campo.

No hubo partido: todo fue un ataque sin piedad blanco, firmando hasta 32 remates ante el desbordado portero Wiland. El Malmoe se deshizo de manera sonrojante, perdiendo 95 balones, apenas llegando a un 30% de posesión, inquietando sólo en cinco ocasiones a Casilla sin ningún peligro.

Casemiro hizo lo que quiso, como Pepe o Danilo, también Benzema en ataque y hasta Marcelo se adornó. Goleada de trámite que pudo ser mayor, con Cristiano en protagonista.