La historia triunfal del Real Madrid arranca en la década de los sesenta, en el amanecer de la vieja Copa de Europa. Saporta y Ferrándiz eran los ideólogos y en el frontón Fiesta Alegre brillaban Emiliano, Luyk, Lolo... La época dorada saltaría a los setenta para tomar luego un camino bacheado. Cualquier tiempo pasado era mejor. Irrepetible. Imposible emular aquellas gestas. Imposible hasta que llegó Pablo Laso, con Sánchez y Herreros en los despachos. Primero se recuperó a la afición con un juego veloz, luego se añadió defensa para crear el equipo de los récords y en el curso 14-15 vino el aluvión de títulos. El año perfecto, el mejor de siempre: cinco trofeos en 365 días exactos. El pasado glorioso siente nostalgia de este Madrid.