El Rayo anda en la cuerda floja de la tabla, pero no por ello renunciará a sus principios, seguro. Arriesgará tocando balón, buscará las bandas para llegar y no especulará, salvo sorpresa. Con esta fórmula sólo ha ganado a domicilio en Las Palmas y empató en Getafe. Benítez va a dar orden de ir a por el Rayo, de no dejarle respirar, de presionar para dominar el partido y las ocasiones. Habrá ansiedad en el Madrid por hacer muchas cosas y todas muy deprisa, imprimiendo acción y velocidad para romper el ritmo de Trashorras y Jozabed.

Velocidad, esa fue la fórmula con la que el Barça liquidó a los de Jémez, que dieron guerra en el Nou Camp. Allí levitó Neymar, en el Bernabéu se espera que saque las armas la BBC. Que Cristiano tenga su día, que Benzema afine la puntería mejor que en El Madrigal, pero también se espera a Bale en algo más que carrera inocuas. El galés reune las condiciones perfectas para tumbar el frágil sistema defensivo del Rayo (27 goles en contra, igual que el colista Levante) siempre que sepa acelerar en el momento preciso y trabajar para el equipo. El Bernabéu anda descreído y necesita pruebas de que sus jugadores van a dejarse la piel.