Blatter y Platini, abrazados al abismo

El dinerete (un millón ochocientos mil euros) que Blatter le dio a Platini, con largo retraso y aún no sabemos bien por qué, ha puesto fin a las carreras de ambos. Una pena, a mi juicio, pero una pena merecida. Digo una pena porque siempre me ha parecido que el fútbol ha estado bien llevado, que funciona mejor que casi cualquier otra gran actividad universal, y eso se les debe en buena parte a ellos dos, que han sabido sobrellevar sus discrepancias. Y merecida, por otra parte, porque bajo ese buen funcionamiento había unos sotanillos de corrupción en los que el dinero corría fácilmente entre los inescrupulosos.

Blatter ha caído, por fin, en una batalla que siempre me ha parecido una salpicadura de la renacida ‘guerra fría’. Él lo explicó: su plan era Mundial para Rusia en 2018 y para EE UU en 2022. Pero se cruzó Qatar, vía Sarkozy- Platini, y EE UU se quedó sin su Mundial. Encima, Putin empezó a salirse del tiesto, ocupando Crimea, amenazando al resto de Ucrania y yendo por libre en la guerra de Siria. Demasiado para EE UU, que tomó el banderín de la corrupción en la FIFA y la ha desmantelado, con los vítores de Merkel, Hollande y Cameron. Por lo visto todos ellos ignoraban que en la FIFA se robaba.

No sé si Blatter se ha enriquecido personalmente. Eso aún no ha salido. Pero sí está claro que se ha dedicado a enriquecer a los de alrededor para que le dejaran en paz y eso incluyó a Platini, hemos visto. Cuando, ante los apuros de Blatter, Platini amagó con postularse como sucesor, el taimado suizo soltó lo que pagó a aquél. Fue como decir: ‘Yo caigo, pero te abrazo y vamos los dos juntos, por desleal’. Ahora queda un vacío por cubrir, en la FIFA y la UEFA, que viene a sumarse a los de la CONMEBOL y la CONCACAF. Y mientras, Villar entregando la Copa en Tokio al Barça y sin decir ni pío. Genio y figura...