Hace meses que se habla de Coric como la perla del fútbol croata. El Barça anduvo tras sus pasos, le iba a echar la red en 2014 cuando surgió la sanción FIFA por los menores de edad de La Masía. La máquina azulgrana frenó en seco. Y el Madrid ha aprovechado esta fisura viajando a Croacia para ver a Coric, para abrir una negociación y es posible que le meta en nómina de cara a una plantilla de futuro: es un buen camino. Más allá del talonario que maneja con soltura Florentino, es saludable ver que el Madrid quiere acumular talento joven, aunque esta vez sería por renuncia del Barça.

Y haría bien el Madrid, por demás, de aprovisionarse de fichajes por si la FIFA castiga al club blanco igual que lo hizo con el azulgrana. Ojo, que también hay amenaza en el aire de cerrar la ventanilla blanca por la cuestión de ‘los menores’. Peinar el fútbol europeo en busca de chavales con calidad es una obligación del Madrid y probablemente una urgencia que corre por los despachos del Bernabéu. Coric ya es mayor de edad, es la penúltima figura de la magnífica cantera croata, deslumbra como mediapunta ofensivo y está en precio (10 millones). Con muchas menos virtudes se han extendido contratos.