La internacional del rumor se está haciendo eco de una declaración de Neymar sobre su porvenir cuando regresaba de sus vacaciones: como la vida es muy larga quién sabe si un día no está en el City. En el City, en el Chelsea, o en Dubai. Quién sabe. Esa expresión, quién sabe, la puso de moda Hitchock en la inolvidable película en la que aquella canción, ‘Qué será, será’, salvó la vida de un niño. Ahora se trata de ponerle peros al Barça en su deseo de mantener a Neymar.

El fútbol británico está lleno de multimillonarios. Para que su liga siga siendo rica pero no tan mediocre necesitan jugadores como los que juegan en la española, igual de rica, pero no tan mediocre. Neymar puede ser un objetivo, como Cristiano, al que también pretenden los franceses del PSG. Haremos mal unos y otros de alegrarnos de que ese interés desestabilice a Neymar, porque a la Liga española (sobre todo al espectáculo) no le conviene que el mejor futbolista del mundo (del inmediato futuro) deje de jugar aquí. No es nacionalismo, Dios me libre, es puro egoísmo: sin Neymar esto no será igual de interesante.