Desde que se conoció la posibilidad de que Renault comprara Lotus se comenzó a especular con un supuesto retorno de Fernando Alonso a la marca francesa. Ahora que esa transacción es una realidad los rumores al respecto se han incrementado exponencialmente, cocinados a fuego lento en el caldo de la crisis en la que se encuentra sumida la escudería McLaren Honda. La operación no parece descabellada, qué mejor líder que el asturiano para contribuir al resurgimiento de la casa del rombo en la Fórmula 1. La pregunta clave es si debería el bicampeón español plantearse una espantada de Woking y asumir las incertidumbres de un proyecto incipiente como éste. Nos cuenta Manuel Franco que su entorno, lógicamente, lo niega todo y es muy probable que sea verdad que a Alonso no se le pasa por la cabeza tal apuesta.

Habría que conocer la disposición de Renault para asumir las exigencias económicas de un piloto de su categoría y las garantías (si es que existen en las carreras) que podrían ofrecerle. Si me preguntan al respecto creo que Alonso debería continuar en McLaren al menos una temporada más, incluso siendo consciente de que 2016 tampoco será un año sencillo para sus ambiciones. Debe esperar a conocer cuál es la evolución de su monoplaza y descubrir el porcentaje del déficit que recuperan respecto a los rivales directos. Suponer que los franceses tendrán un motor competitivo y un monoplaza equilibrado ya el próximo año resulta un tanto aventurado, así que puesto a correr riesgos quizá sea mejor hacerlo donde ya ha invertido todo un año de desarrollo. Lo que me parece Renault, desde luego, es un magnífico plan B para el ovetense si McLaren mantiene el errático rumbo que hemos visto durante 2015.