Sobre la libertad de pitar...

Sin la libertad de criticar, ningún elogio resulta halagador”. El sentido de esa frase de una obra del gran autor de teatro francés Pierre-Augustin de Beaumarchais está siendo particularmente bien entendido por las aficiones de los dos equipos que se encuentran hoy. Tanto los ches como los madridistas se muestran últimamente muy sensibles con sus entrenadores y sus jugadores y, la verdad, nadie tiene derecho a reprocharles sus pitos ni su mal humor. Sé que hay gente en España que lamenta que muchos estadios de la Liga no sean como los de la Premier League, donde se aplaude de principio a fin aunque el equipo esté jugando fatal.

Personalmente, prefiero cuando los aficionados reaccionan de manera justa. Me parece mejor que apoyen cuando es lícito y se quejen cuando es necesario. Sin duda, los aplausos tienen más mérito cuando se puede pitar también. El proyecto de Rafael Benítez intenta sobrevivir y el de Gary Neville está empezando con dolores… ¿Cómo quieren que la gente esté contenta? Uno de los dos técnicos saldrá esta noche mal parado y una de las dos aficiones estará más furiosa que la otra. La situación de los dos equipos es tal que nadie puede predecir nada, pero me temo que no haya una gran alegría para nadie. Pobre Madrid. Pobre Valencia.