Mientras la actualidad del Villarreal oscila entre si Roig retendrá a Denis (no creo) y/o recuperará a Cheryshev (lo veo), el debate se centra en si el Submarino se mantendrá en las alturas para volver a la Champions cinco años después. Más allá de los deseos, hay datos para confirmar que maduró tras su paso por Segunda y que su reconstrucción a base de juventud y cantera ha cuajado. Tumbó a Madrid, Atleti, Athletic, Sevilla y Valencia, por lo que va en serio este año en busca de grandeza y de su primera final en Copa o en Europa.

Para lograrlo, quiere mejorar su plantilla. Pero lo que tiene claro es que su gran fichaje es Musacchio. Se lesionó de gravedad el tobillo en abril, y desde que ha vuelto al once es muy culpable de las tres victorias seguidas sin encajar: Madrid (1-0), Real (0-2) y Valencia (1-0). Es tan importante que pese a la falta de rodaje ya es fijo. El fútbol le debe una. No se fue a un grande de milagro. Y con Argentina, tras dos bolos, está gafado. Martino, que lo quiso para su Barça, le convocó en 2014 y no pudo acudir por un desgarro. Después le citó para la Copa América y la última lesión le impidió estar en Chile. Musacchio, como su Villarreal, ha vuelto. Aunque Lucas esté hoy ansioso por frenarles.