Escapado, con Denis y un Whatsapp

Más que sumar otros tres puntos, más que firmar la quinta victoria consecutiva y más que consolidarse en puestos de Champions, lo que el Villarreal hizo en Riazor fue demostrarse a sí mismo que puede dar otra campanada. Con casi una vuelta consumida ya tiene a sus perseguidores más duros (y lógicos) para ser cuarto bien lejos, con el punto de vista esperanzador de que todos afrontarán aún tres competiciones, como él, que equilibrarán las fuerzas: el Athletic se queda a 8 puntos, el Sevilla a 10 y el Valencia nada más y nada menos que a 13.

Ante el Depor la victoria llegó en el último suspiro y quizás el empate hubiera sido lo más justo, porque Fernández Borbalán se tragó un penalti de Areola. Pero también es cierto que así se hace justicia, ya que el Submarino perdió cuatro puntos en las últimas jugadas frente al Betis (1-1), Levante (1-0) y Celta (1-2) con los que ahora podría estar levitando en lo alto de la tabla. El Villarreal, tras un 2015 plagado de lesiones por las que no pudo mantener el vuelo, merecía arrancar el año con una alegría así. Con Musacchio de jefe, con Bruno de nuevo llamando a La Roja, con Denis otra noche de amarillo y con Cheryshev whatsappeando a algún amigo, en pleno mercado de fichajes, ‘¿cómo va lo mío?’.